lunes, 4 de enero de 2010

De regreso, CONFUNDIDA

Mil años sin escribir aquí, me da tanta vergüenza que mejor ni me fijo la fecha de mi último texto.


En fin, las cosas han cambiado muchísimo desde la última vez, y con "cosas" me refiero a mí, a mi personalidad, a mis gustos, a mis sentimientos.
Me di cuenta de muchas cosas, tomé decisiones que luego tuve que cambiar, y todos esos cambios me llevaron a pensar que el 2009, que nos ha abandonado hace tan sólo unos días, ha sido un año en vano... Aunque, cuando logro analizarlo, me doy cuenta de que me equivoco.



La razón por la que he vuelto no es otra más que plasmar algo que he sentido hoy. Y ayer también. Una sensación extraña, porque es una confusión, una confusión de sueños con realidad, y ocurre cuando me despierto por la mañana. La noche anterior me he dormido pensando en él, él, que no logro darme cuenta de si es imaginario o de carne y hueso, estoy segura de que es humano y real, sí, ¡si lo he conocido en persona, y hemos charlado amablemente cinco horas seguidas! Pero luego despierto, y siento que no, que fue sólo un sueño, y lo extraño al otro, al que he decido olvidar después de más de diez meses que vivimos juntos, después de innumerables peleas y arreglos y situaciones odiosas y amorosas. Y ahí mi división interior, catastrófica, que me deja pensando por horas. Porque después me doy cuenta de que no soy más que una pobre joven solitaria, que se quedó sola por ser tan insegura y depresiva, y que no merece amar y ser amada, porque volvería a arruinar una relación una vez más.
Pasan las horas y el sueño se hace carne, bueno no carne, pero sí hechos: recibo mensajes de texto, o mensajes en la pc, y entonces creo que no estoy loca, que era cierto, que el joven de fantasía era real. Pero también pienso en aquél otro, que aún me espera, espera que cambie, porque según él aún me ama, y me extraña... Y yo sigo confundida, juro que a veces me dan ganas de escapar, de irme de viaje, de escabullirme entre lo desconocido procurando olvidar mis sentimientos más profundos, pero no se puede, no se puede todo en esta vida, y menos en MI vida.
¿Qué debo hacer entonces? Claro que nadie tiene la respuesta, tengo que encontrarla yo misma, seguir escarbando en mis adentros, seguir pensando y re-pensando, analizando y re-analizando (terapia tal vez pueda ayudar). Tampoco puedo reprimir mis sentimientos, no quiero seguir castigándome... En fin, una manera de hacer más liviano el peso es escribiéndolo. Y he aquí mi lugar, mi diario no-íntimo.

1 comentario: